Les encanta usar el nombre y la posición de dios para decir burradas. Dios lo quiere, dios no lo quiere, a conveniencia de los intereses particulares del católico hablante. La religión se volvió la justificación de los imbéciles. Lo hacen hablar a dios como al muñeco de los ventrílocuos. La mujer que está en situación de abortar está en una situación muy difícil y sólo ella puede decidirlo, bien o mal, es su sino. Harre religiosos, dejen de molestar con su omnisapiente y omnipotente posición. Son los que mayores estropicios a la humanidad hicieron, todo en nombre del mismo dios y con el mismo libro. El dios de la imbecilidad.
Visto en un comentario en Críticos y científicos.
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