Examinen el rostro de un hombre capaz de matarles por una creencia y sus fosas nasales captarán la vaharada pestilente de la abominación. Escuchen el discurso de quien predica una guerra santa y les aseguro que sus oídos no tardarán en captar el tintineo metálico de las escamas del mal y el susurro de su cola monstruosa arrastrándose sobre la pureza del lenguaje.
Doctor Cruces, en Pirómides; de Terry Pratchett.
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