En la expedición de Ernest Shackleton a la Antártida en 1908 participaron dos intrépidos geólogos que se proponían determinar la posición del polo sur magnético. Ellos eran Edgeworth David, profesor en la Universidad de Sidney, y Douglas Mawson, más tarde catedrático de Geología en Adelaida. En pos de su presa atravesaron glaciares e hicieron observaciones de las formaciones locales. He aquí como describió Mawson lo que sucedió un día, una vez que habían montado la tienda. David tomó su cuaderno de dibujo y fue a registrar el perfil de una hilera de colinas mientras Mawson se quedaba en la tienda para cambiar las placas fotográficas en el cargador de su cámara. Para hacerlo se acurrucó en su saco de dormir con toda la parafernalia fotográfica y estaba trabajando con dificultad cuando oí una voz del exterior (una voz suave) que llamaba:
"Mawson, Mawson."
"¿Qué hay?", dije.
"Oh, estás en el saco cambiando las placas, ¿es así?"
"Sí, profesor."
Hubo silencio durante un rato. Luego oí al profesor llamando en tono más alto:
"¡Mawson!"
Respondí otra vez. Bien, el profesor oyó por el iono que yo estaba aún en el saco, así que dijo:
"Oh, ¿aún estás cambiando las placas?"
"Sí."
Más silencio durante un rato. Al cabo de un minuto, en un tono bastante alto y ansioso:
"¡Mawson!"
Pensé que pasaba algo, pero no podía adivinar lo que él quería. Me estaba cansando de ello y grité:
"¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Qué puedo hacer?"
"Bueno, Mawson, estoy en una posición más bien peligrosa. En realidad estoy colgando de mis dedos en el borde de una grieta y no creo que pueda aguantar mucho más tiempo. Tendré que molestarte para que salgas y me ayudes."
Salí lo más rápidamente que pude. Allí estaba el profesor, asomando sólo su cabeza y colgando del borde de una grieta peligrosa. El profesor fue izado y la expedición continuó al día siguiente...
Eurekas y Eurofias, Walter Gratzer.
"Mawson, Mawson."
"¿Qué hay?", dije.
"Oh, estás en el saco cambiando las placas, ¿es así?"
"Sí, profesor."
Hubo silencio durante un rato. Luego oí al profesor llamando en tono más alto:
"¡Mawson!"
Respondí otra vez. Bien, el profesor oyó por el iono que yo estaba aún en el saco, así que dijo:
"Oh, ¿aún estás cambiando las placas?"
"Sí."
Más silencio durante un rato. Al cabo de un minuto, en un tono bastante alto y ansioso:
"¡Mawson!"
Pensé que pasaba algo, pero no podía adivinar lo que él quería. Me estaba cansando de ello y grité:
"¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Qué puedo hacer?"
"Bueno, Mawson, estoy en una posición más bien peligrosa. En realidad estoy colgando de mis dedos en el borde de una grieta y no creo que pueda aguantar mucho más tiempo. Tendré que molestarte para que salgas y me ayudes."
Salí lo más rápidamente que pude. Allí estaba el profesor, asomando sólo su cabeza y colgando del borde de una grieta peligrosa. El profesor fue izado y la expedición continuó al día siguiente...
Eurekas y Eurofias, Walter Gratzer.
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