viernes, 17 de julio de 2009

La ley de Poe

La ley de Poe dice así:

Sin un emoticono de guiño u otra muestra descarada de humor, es imposible crear una parodia de un fundamentalismo que alguien no pueda confundir con un fundamentalismo real.


Con esta ley queda establecida la gran dificultad existente entre diferenciar un fundamentalismo de una parodia de fundamentalismo. Es, por tanto, tremendamente complicado crear una parodia de un fundamentalismo porque tanto éste como la parodia son igual de descabellados, razón por la cual son tan fácilmente confundidos. La ley de Poe cuenta además con un corolario en forma de paradoja:


En cualquier grupo fundamentalista en el que se pueda aplicar la ley de Poe existe una paradoja en la que cualquier nueva persona (o idea) lo suficientemente fundamentalista para ser aceptada por el grupo, probablemente es tan ridícula que corre el riesgo de ser rechazada por ser un parodista (o una parodia).


Y es que, matemáticamente hablando, el límite de la religión cuando el fundamentalismo tiende al infinito es igual a la parodia. Ahora pongamos un ejercicio práctico. De los siguientes documentos (dos vídeos y dos notas) ¿cuáles son parodias y cuáles fundamentalismos reales?














Continuará...

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