sábado, 21 de febrero de 2009

A vueltas con la Atlantida

Dicen en The Inquirer que a través de Google Earth han encontrado la Atlántida. Atentos a la localización y la forma:





Así que, un supuesto continente que debería ser enorme, y que debería estar cerca del Estrecho de Gibraltar, resulta que es cuadrado, que está al oeste de las Canarias y es poco más o menos del tamaño de media Andalucía. Manda eggs el asunto.

Platón habló sobre la Atlántida y la describió del siguiente modo:

En efecto, nuestros escritos refieren cómo vuestra ciudad detuvo en una ocasión la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el Océano Atlántico, sobre toda Europa y Asia. En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis columnas de Heracles. Esta isla era mayor que Libia y Asia juntas y de ella los de entonces podían pasar a las otras islas y de las islas a toda la tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el océano auténtico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos parecía una bahía con un ingreso estrecho. En realidad, era mar y la región que lo rodeaba totalmente podría ser llamada con absoluta corrección tierra firme. En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia. Toda esta potencia unida intentó una vez esclavizar en un ataque a toda vuestra región, la nuestra y el interior de la desembocadura. Entonces, Solón, el poderío de vuestra ciudad se hizo famoso entre todos los hombres por su excelencia y fuerza, pues superó a todos en valentía y en artes guerreras, condujo en un momento de la lucha a los griegos, luego se vio obligada a combatir sola cuando los otros se separaron, corrió los peligros más extremos y dominó a los que nos atacaban. Alcanzó así una gran victoria e impidió que los que todavía no habían sido esclavizados lo fueran y al resto, cuantos habitábamos más acá de los confines heráclidas, nos liberó generosamente. Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en el mar. Por ello, aún ahora el océano es allí intransitable e inescrutable, porque lo impide la arcilla que produjo la isla asentada en ese lugar y que se encuentra a muy poca profundidad".

[...]

Tal como dije antes acerca del sorteo de los dioses -que se distribuyeron toda la tierra, aquí en parcelas mayores, allí en menores e instauraron templos y sacrificios para sí-, cuando a Posidón le tocó en suerte la isla de Atlántida la pobló con sus descendientes, nacidos de una mujer mortal en un lugar de las siguientes características. El centro de la isla estaba ocupado por una llanura en dirección al mar, de la que se dice que era la más bella de todas, y de buena calidad, y en cuyo centro, a su vez, había una montaña baja por todas partes, que distaba unos cincuenta estadios del mar. En dicha montaña habitaba uno de los hombres que en esa región habían nacido de la tierra, Evenor de nombre, que convivía con su mujer Leucipe. Tuvieron una única hija, Clito, cuando la muchacha alcanza la edad de tener un marido, mueren su padre y su madre. Posidón la desea y se une a ella, y, para defender bien la colina en la que habitaba, la aísla por medio de anillos alternos de tierra y mar de mayor y menos dimensión: dos de tierra y tres de mar en total, cavados a partir del centro de la isla, todas a la misma distancia por todas partes, de modo que la colina fuera inaccesible a los hombres.

Es decir, el continente en sí era una isla formada por círculos concéntricos, dos de tierra y tres de mar, pero lo que se muestra en la fotografía es un cuadrado con rectas que se entrecruzan y no se aprecia la elevación de la corteza que cabría esperar de un supuesto conteniente/isla. Una elevación como la que podemos ver en las Canarias pero sin llegar a la superficie, lógicamente. Tampoco coincide demasiado la ubicación, pues según Platón se encuentra en el Atlántico, pero al lado del Estrecho de Gibraltar (a eso se refiere con las columnas de Hércules) lo suficientemente cerca para ir de isla en isla hasta el continente. Y por último, el tamaño: se supone que a través de la Atlántida se podía cruzar todo el océano. Así lo describe Platón, y según la imagen, el tamaño de la supuesta Atlántida no llega ni a media Andalucía: el complejo tiene unos 280 kilómetros de largo por 150 de ancho. Pero no queda ahí la cosa, ya que cada una de las líneas que se suponen que son las calles, tiene una anchura de entre 2 y 3 kilómetros, ¡¡algunas incluso 4 kilómetros!! ¿Se imagina usted, mi querido lector, pasear por una calle de 4 kilómetros de ancho?

Y ¿a quién se le ha ocurrido tal barbaridad? The Sun se hacía eco el día 20 (ayer) de que un ingenierio aeronáutico de Chester había descubierto tales estructuras. Pero leyendo los comentarios de The Inquirer aparece un individuo que se hace llamar Pinsapo en su blog y que dice ser el descubridor de tan magnífico (es un decir) hallazgo. Por fecha, podríamos afirmar que Pinsapo, el autor de "La topera mágica", es quien descubrió primero esa curiosa estructura, tal y como podemos ver en la caché de Google. A este señor, de nick Pinsapo, sólo cabe decirle que, por favor, en lo sucesivo, y antes de decir la primera tontería que se le pase por la cabeza, consulte las fuentes, particularmente Platón, y use la regla que pone a disposición de todo el mundo el programa Google Earth. Un poco de sentido común y lógica le habría ahorrado el ridículo que ha hecho con tales afirmaciones pseudocientificas.

¿Por qué nunca existió la Atlántida? He aquí unas cuantas razones:

1.- Sólo Platón la conocía, no hay más registros en parte alguna.

2.- Si las Bahamas fueron la Atlántida ¿Por qué no hay ruinas en las islas? ¿Por qué no hay ruinas en La Florida y Cuba que están tan cerca?

3.- El relato de Platón: sí, porque Platón sólo habla de lo que alguien le ha dicho... es decir, es un rumor. Ni siquiera en las salas judiciales se admiten los rumores como pruebas. Si en derecho no se admite como prueba, y en ciencia mucho menos, ¿por qué deberíamos aceptarlo nosotros? Resulta que a Platón le llegó la información de Solón y a éste de un sacerdote egipcio...

4.- Platón: sí, él mismo. Recordemos que era un filósofo, y no alguien que va por el mundo haciendo viajes para su investigación en plan Darwin. ¿Qué quiero decir? Quiero decir que Platón tenía cierta tendencia a las "alegorías" de tal manera que cuando pretendía explicar algo, lo hacía de este modo. Si nadie se ha puesto a buscar la imaginaria cueva de Platón, ¿por qué tendríamos que buscar la imaginaria isla de la Atlántida?

5.- El propio Aristóteles, discípulo de Platón, dijo que fue una invención de su maestro y que convenientemente desplazó las fuentes de información y la historia en el tiempo y hundió la isla para impedir que los críticos le preguntaran por su localización. No recuerdo la fuente pero sí recuerdo haberlo leído en alguna parte.

6.- No existe ninguna referencia a la Atlántida en ningún sitio. No hay rastros ni de su cultura, ni de su tecnología, ni de nada, en ninguna parte del mundo. Suponiendo (que es mucho suponer por no decir demasiado) que realmente la tecnología de los atlantes estuviera tan avanzada como se nos quiere hacer creer... No quedan rastros ni restos de su dominación en Europa ni en África, ni tecnológicos ni culturales.

7.- No hay prueba alguna geológica de la existencia de una isla de esas características tan peculiares, ni en las Bahamas, ni en La Florida, ni en Cuba, ni en ninguna parte del Atlántico ni ningún otro mar u océano conocido. Las fotografías por satélite y por sonar están ahí al alcance de cualquiera.

8.- Es un relato que tiene más de mitología y filosofía que cualquier otra cosa. No se le puede dar más credibilidad que a una leyenda urbana. Todos hemos conocido a alguien que viene diciendo "pues mira, el primo de la hermana del compañero de piso del chaval aquel que conocimos el sábado, resulta que le pasó una cosa increíble...". Esto es igual: te presentan una historia con una moraleja al final. Igual que la alegoría de la caverna.

9.- En cierta parte del relato dice:

Unas casas eran simples, otras mezclaban las piedras y las combinaban de manera variada para su solaz, haciéndolas naturalmente placenteras. Recubrieron de hierro, al que usaban como si fuera pintura, todo el recorrido de la muralla que circundaba el anillo exterior fundieron casiterita sobre la muralla de la zona interior, y oricalco, que poseía unos resplandores de fuego, sobre la que se encontraba alrededor de la Acrópolis

Curiosamente, mientras que la casiterita funde a 200º C, el hierro puro no se funde hasta los 1259º C... El único modo de usar el hierro como pintura es que esté completamente fundido, líquido, pero esta tecnología no estuvo disponible en Europa hasta pasado el siglo X (más particularmente hacia el siglo XV). Sin embargo, en China si se consiguió hierro fundido, aunque no era puro, unos 500 años a. C. Si los atlantes ya tenían esta tecnología ¿por qué no quedan restos de ningún tipo? Además, los yacimientos más cercanos de casiterita se encontrarían en Orense, Cornualles, Nigeria y Congo. Sin embargo, no hay rastro alguno en esos yacimientos de que fueran explotados por atlantes. Y por último, el oricalco, como tal, no existe.

La Atlántida, al igual que la cueva, son alegorías, metáforas, meros instrumentos para explicar algo, para llegar a una moraleja. El diálogo de Platón sobre la Atlántida es una descripción de la sociedad perfecta descendiente de dioses y cómo se pervirtió al mezclarse con la sangre de los hombres, desatando la ira de Zeus, y etc. etc. etc. Sólo es mitología mezclada con filosofía, y no hay que darle muchas más vueltas ni buscarle 3 pies al gato.

Por cierto, las líneas que se ven en el Google Earth en esa zona son lo que se denominan "artefactos", es decir, interferencias que se producen por el sistema de rastreo del sonar. Del mismo modo que cuando uno pinta con brocha se quedan pelos de la brocha en la pared, cuando uno rastrea con sonar puede encontrarse con ese tipo de artefactos. En este caso lo que vemos es el recorrido del barco en su rastreo.

2 comentarios:

  1. Hola soy Pinsapo. Te escribo para decirte que no te tomes las cosas tan en serio. Toda esa historia ya me la sabía. Lo único que reclamo es ser el primero en encontrar eso, sea lo que sea, que me importa poco. Bueno, la verdad que me importa mucho. Muchisimo. Es un sinvivir. Ahora buscare en Google Space el planeta Namek. Solón también habló de él.

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  2. Estimado Pinsapo,

    Me resulta indiferente que te atribuyan o no el mérito de encontrar artefactos producidos por un rastreo de sonar en mitad del Atlántico. De hecho, si lees el post con atención, verás que confirmo que fuiste tu el primero (te doy la razón, pues eso estabas buscando en The Inquirer, la pena es que la caché de Google ya se ha actualizado y no se puede comprobar, así que sólo te queda este post como prueba). Lo que no me resulta indiferente es que a cualquier cosa extraña que uno se encuentra automáticamente la asocia a cualquier mito o magia antes que a una explicación racional. Esa es la diferencia entre ciencia y pseudociencia. No es que me lo tome en serio, que también, sino que además me lo tomo con rigor.

    La ciencia es rigor, es comprobación, es observar los hechos y darles una explicación lógica y comprobable. La pseudociencia es encontrar algo, ignorar su naturaleza, no estudiarlo, desconocer su origen y en lugar de buscarlo se dice cualquier barbaridad que a uno se le cruce por la mente, ya sea que son restos de la Atlántida, extraterrestres omega 3 venidos de Raticulín, o un viajero en el tiempo con destino Boixaca. No critico que seas el primero en encontrarlo, de hecho, te felicito por ello, ya que has demostrado ser observador. Lo que critico es la explicación que le das, la cual es una meada fuera del tiesto en toda regla.

    Luego nos quejamos de que han matado a uno de nuestros hijos porque unos amigos suyos le han inyectado orina en la sangre ya que ésta es supuestamente buena para la salud. Luego nos quejamos de que hemos empeorado de una infección bacteriana o aquel bulto se ha convertido en un tumor maligno porque el remedio que nos vendió el sociópata, perdón, el homeópata aquel no produjo efecto alguno (como era de esperar). Y así nos pasamos la vida viendo como completos ignorantes hacen caso de las patrañas que cuentan algunos, patrañas sin base científica, sólo basadas en la fe. Y la fe, la creencia, no se basa ni en la lógica ni en la experiencia.

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