lunes, 29 de diciembre de 2008

La vitamina C previene el resfriado

La vitamina C previene el resfriado

Esta afirmación es FALSA.

Raulpaul en los foros de e-ciencia.com nos habla de este artículo:

La recomendación de tomar mucho jugo de naranja o vitamina C para prevenir un resfriado, es falsa. Ésa es la conclusión de una investigación internacional llevada a cabo con 11.350 personas. Los científicos de la Universidad Nacional Australiana y la Universidad de Helsinki, revisaron más de 30 estudios sobre los efectos de una dosis diaria de vitamina C. Descubrieron que para la mayoría de la gente, tomar dosis de vitamina C diariamente tiene tan pocos efectos, que no vale la pena ni el esfuerzo ni el gasto que ésta requiere.


"No me sorprenden estos resultados" dijo a BBC Ciencia el doctor Amadeo Esposto, jefe de Infectología del Hospital San Martín, de La Plata, en Argentina. "Los estudios controlados que se han hecho sobre vitamina C y prevención de catarros y resfriados en su mayoría han sido negativos", afirma el experto.

Nulos

El estudio mostró que una dosis de al menos 200mg diarios tiene muy pocos efectos para reducir la duración o gravedad de los resfriados. Los resultados revelan que esta dosis puede reducir la duración de una gripe en 8% en adultos y 13,6% en niños. Pero como la mayoría de la gente padece solamente dos o tres resfriados cada año, estos beneficios son casi nulos. Sin embargo, la gente que queda expuesta a periodos de gran estrés, como los corredores de maratones, sí podrían reducir a la mitad el riesgo de sufrir un resfriado si toman la dosis diaria de vitamina.

"El ácido ascórbico (vitamina C) es un antioxidante" afirma el doctor Esposto. "Cuando las células se ven sometidas a condiciones de falta de oxigenación, especialmente con ejercicios físicos que necesitan mucho oxígeno, las sustancias antioxidantes podrían tener efectos beneficiosos".

Los autores afirman que "no tiene sentido tomar vitamina C 365 días al año para reducir las posibilidades de contagiarse de gripe". Sin embargo, afirman que ésta sí podría justificarse en las personas que están expuestas a gripes o estrés físico severos, en los que las dosis de vitamina C sí podrían reducir a la mitad el riesgo de sufrir una gripe.

"Recientemente fue publicado un trabajo que demuestra 'tentativamente' que el ácido ascórbico podría tener utilidad en alguna variante de la influenza, como la aviaria", señala el doctor Esposto. "Pero estos son estudios muy preliminares y se necesitarán más investigaciones para confirmar los resultados", agrega.

Mitos

En la década de los 70, varios científicos destacados recomendaban a la gente tomar 1.000mg de vitamina C diariamente para protegerse contra los resfriados. Pero desde entonces, los efectos que tiene esta vitamina en la enfermedad han sido muy controvertidos. "Durante años se ha propuesto tanto a la vitamina C como a la A como protectores epiteliales, pero hasta ahora no existe una documentación con suficientes bases científicas que lo demuestre", señala el doctor Esposto.

Actualmente, la recomendación estándar es tomar una dosis diaria de 60mg de vitamina C, y algunos nutricionistas afirman que la cantidad óptima es 200mg cada día. Pero los expertos señalan que la gente puede obtener fácilmente esta cantidad comiendo cinco porciones de frutas y verduras cada día. Además, dicen, no es bueno consumir demasiada vitamina C ya que el organismo no es capaz de absorberla.

¿Existe entonces algún remedio para prevenir el resfriado? "Contra el resfriado común, no" afirma el doctor Amadeo Esposto. "El resfriado común es causado por múltiples virus que no producen anticuerpos o defensas contra otros virus y para los cuales no hay tratamiento efectivo", señala el experto. La vacuna antigripal, explica, sólo protege contra el virus de la gripe. "La mejor prevención -concluye el experto- sigue siendo las buenas condiciones higiénico-dietéticas, no exponerse a los grandes fríos y evitar las aglomeraciones en lugares cerrados en época invernal".

martes, 23 de diciembre de 2008

Imponiendo modelos de software...

La noticia de hoy tiene que ver con la ciencia, pero más bien de refilón. Resulta que en las Cortes de Aragón se votaba una propuesta no de ley acerca de sustituir las licencias de Microsoft en cuanto a Windows y Office se refiere por alternativas de software libre (lo que, traducido en dinero, significa software gratuito). Por lo visto el gobierno aragonés se gasta nada menos que diez millones de euros del contribuyente en pagarle a Microsoft por usar su sistema operativo y su suite ofimática. La alternativa libre, como podría ser por ejemplo usar el tan de moda Ubuntu como sistema operativo y OpenOffice como suite ofimática, tendría un coste, en licencias de... 0 euros. Gratis. Totalmente. Pero el PSOE ha decidido que prefiere gastarse esos 10 millones en Microsoft que en otras cosas que realmente hagan falta, como podrían ser ayudas sociales, parques y jardines, cursos de formación, investigación científica, formación de científicos, becas para licenciados... Y ¿qué ha dicho el PSOE para rechazar tal propuesta? Pues las palabras de Ana García Mainar se resumen en tres frases (o tal vez debiera decir chistes):

La implantación de software libre sería mas costoso que pagar las licencias.

A ver, señora (o señorita, lo que proceda), si pagar a Microsoft cuesta 10 millones de euros (o lo que es lo mismo, 1.664 millones de pesetas), y pagar las licencias de software libre cuesta 0 euros, todo lo que habría que hacer sería formatear e instalar dichos programas en todos los ordenadores (sólo son 46.000), algo que cualquier persona con un mínimo de conocimientos informáticos podría hacer, pero si no se tienen los conocimientos, siempre se puede pagar a una empresa nacional (y no a una extranjera) creando puestos de trabajo (que tanta falta hace) para instalar y mantener esos ordenadores (que por cierto, requieren prácticamente mantenimiento cero ya que se pueden actualizar solos). Así que menos tontería y más acción.

Ellos apuestan por usar el mejor software en cada caso, y que ya usan software libre en el correo.

Usar el mejor software... ¿en opinión de quién? ¿De usted? ¿O en opinión de un comercial de Microsoft? Cualquiera que haya usado el Office de Microsoft y el OpenOffice de Sun sabe que lo que se hace en uno, se hace en el otro. Las diferencias entre ambos radican en el precio y en la interfaz (el aspecto del programa) y no en la usabilidad y las características. Y la frase que viene a continuación es el colmo del despropósito:

Introducir software libre en la administración es imponer un modelo de software al ciudadano


Y se habrá quedado más ancha que larga después de decir semejante ESTUPIDEZ (y conste que no digo algo más gordo por no ser soez). ¿Introducir software libre en la administración es imponer software al ciudadano? ¿Quiere eso decir que todos los ciudadanos de Aragón sólo pueden usar esos 46.000 ordenadores de la administración? Y aún suponiendo que esto fuera así, ¿acaso usar el software de Microsoft no es imponer un modelo de software (de pago) al ciudadano? ¿Acaso usar Windows y Office no supone un gasto de 10 millones de euros para los habitantes de Aragón? ¿Acaso eso no es imponer un gasto a los aragoneses que podría emplearse en otra cosa como crear puestos de trabajo (se podrían crear unos 1.000 puestos de trabajo aproximadamente con ese dinero), incentivar la investigación, aumentar las becas de estudios para los niños, y un largo etcétera?

Este es un ejemplo más de cómo la administración pública da la impresión de estar en manos de ignorantes o bien en poder de los comerciales de Microsoft. Un ejemplo más de cómo la propia administración tira piedras contra su propio tejado, de cómo se malgasta dinero a espuertas cuando existen otras necesidades tanto a nivel social (aumentar el número de becas para estudiantes, mejorar carreteras, calles, parques, jardines, colegios, institutos, etc) como a nivel profesional (crear puestos de trabajo, aumentar la investigación científica, etc.). Es muy triste, y las excusas que ponen García Mainar, patéticas. Y mientras tanto, se despide a los becarios que están realizando proyectos de investigación en hospitales y otras entidades relacionadas con la salud. Lo dicho, triste y patético.


Actualización: como bien me señala Teaius en los comentarios, se me ha ido la pinza con los números. No se crearían 150.000 puestos de trabajo, sino 1.000. Así pues, edito el post y dejo constancia de mi ida de olla (prometo que de ahora en adelante no reusaré tanto las hojas en sucio para las cuentas matemáticas).

lunes, 22 de diciembre de 2008

Los tumores benignos no son peligrosos para la salud

Los tumores benignos no comportan ningún peligro para la salud

Esta afirmación es FALSA.


Nos lo cuenta Wrathchild en los foros de e-ciencia.com: que un tumor sea etiquetado como benigno solo significa que no es capaz de producir metástasis, es decir, diseminación a órganos distantes del tumor original; que es de crecimiento lento y que las células no son muy diferentes del tejido del que proceden. En general, el diagnóstico de un tumor benigno no suele traer problemas al paciente, pero debe ser vigilado y extirpado por diferentes motivos:

1º Hay tumores benignos que pueden transformarse en malignos con el paso del tiempo, como se ve, a veces, en los pólipos del intestino grueso.

2º Que el tumor esté localizado en una zona donde pueda comprimir u obstaculizar la función de otros órganos. Por ejemplo, un tumor cerebral que, al crecer dentro de una estructura que no se distiende como es el cráneo, pueda desplazar el cerebro hacia el agujero raquídeo. O un tumor abdominal que obstruya el tránsito intestinal y pueda dar hemorragias masivas.

3º Que sea un tumor originario de un tejido endocrino y al conservar las funciones propias del tejido original aumente la secreción de hormonas a niveles demasiado elevados e incluso peligrosos para la salud. Esto es frecuente en tumores de la hipófisis, que es, junto con el hipotálamo, el principal centro regulador de las hormonas de nuestro organismo, o también los insulinomas (tumores de tejido pancreático que segregan insulina).

viernes, 19 de diciembre de 2008

Visto al pasar

Tras unos días sin ordenador vuelvo con el siguiente video:



Me pregunto si ahora los creacionistas dejarán de beber esta marca de cerveza...

martes, 16 de diciembre de 2008

Creacionismo y DI (Parte II)

El gran problema de la biología evolutiva es que todo el mundo CREE que la entiende, aunque no haya calculado un triste p-valor en su vida.

Este es un comentario anónimo que he leído en un artículo del creacionista de la COPE José Ramón Ayllón, al cual le ha dado un ataque de darwinitis... Y es que hay verdades como puños, y esta es una de esas: mucha gente se piensa que por decir "supervivencia del más fuerte" ya saben lo que dijo Darwin y qué es la evolución, sin embargo no pueden estar más equivocados. Sirva como ejemplo el artículo del señor Ayllón del cual extraigo algunas frases dignas de rebatir, y que nos van a servir para ver algunos de los argumentos que los creacionistas suelen defender:

Darwin vió que en todos los seres vivos se da una lucha por la vida, y supuso que la supervivencia del más fuerte daba lugar a una selección natural que conservaba y transmitía las variaciones favorables, produciendo especies cada vez mejor adaptadas al medio ambiente.

La primera en la frente. Los seres vivos no luchan por la vida, sino para sobrevivir. El matiz es importante, porque no es lo mismo luchar por la vida, un concepto humano, que luchar por sobrevivir o instinto de supervivencia, un concepto biológico relacionado con la biología del comportamiento. Y lo que es peor, hablara o no Darwin sobre la supervivencia del más fuerte, el hecho es que, más de cien años después, ese concepto debería estar muy superado y debería haber sido sustituido por el de supervivencia del mejor adaptado. Ser el más fuerte no te garantiza ser el mejor adaptado, de ahí que la supervivencia del más fuerte sea una simple falacia que esgrimen los creacionistas una vez tras otra. Señores creacionistas: que la ciencia avanza que es una barbaridad, y ese concepto, en ciencia, es simple y llanamente prehistórico y ha sido superado hace muchos años.

El primer problema de esta hipótesis es que jamás hemos observado un salto de especie, y la ciencia necesita que las demostraciones confirmen las suposiciones. Además, la selección natural no introduce novedades, pues opera sobre lo que previamente ha sufrido una mutación.


¿Salto de especie? ¿Es que pretende usted ver el cambio de pulga a elefante? Esta es una nueva falacia en la que, empleando afirmaciones ambiguas se trata de menoscabar una teoría científica. Por fortuna la persona que tiene un conocimiento mínimo no se deja engañar: no existen saltos de una especie a otra, sino cambios graduales, a veces muy pequeños, a veces muy grandes. Pero necesariamente el paso de una especie a otra requiere que ambas estén emparentadas. Es decir, nosotros podemos afirmar sin temor a incurrir en falsedad, que el hombre proviene de un primate antiguo. Las pruebas así lo demuestran. ¿Se ha visto el paso (que no salto) de ese primate a nosotros? Desde luego que sí, tal y como se puede leer en este post. Y ¿desde cuando es una problema que la selección natural no introduce novedades? De hecho, y según la Síntesis Moderna, la selección natural es el mecanismo que permite que sobrevivan unos individuos (los mejor adaptados) en lugar de otros. Claro que la selección natural no introduce novedades: esas ya están presentes en la población en forma de mutaciones y la selección natural se dedica, como su nombre indica, a seleccionar aquellas mejor adaptadas a un medio ambiente determinado. Digo yo que con leer un poco el término "selección natural" a uno se le ocurre que es la naturaleza la que selecciona (blanco y en botella...) y no se le ocurre nada sobre "introducción de novedades"...

Aunque Mendel había descubierto las leyes de la transmisión hereditaria en 1865, el mundo no conoció esa revolución científica hasta 1900. Por ese retraso, Darwin murió sin sospechar que los caracteres adquiridos no se incorporan al patrimonio genético y, por tanto, no se transmiten por herencia. Aquí radica el tercer punto débil del darwinismo.

Y exactamente, ¿dónde está el punto débil? Darwin no defendía que los caracteres adquiridos no se incorporaban al patrimonio genético... Eso lo defendía Lamarck, su rival en la explicación de la evolución de los seres vivos. En todo caso, que la ciencia demostrara que los caracteres adquiridos no se heredaban le quitaba la razón a Lamarck y se la daba a Darwin: ¿Cómo va a ser eso un punto débil en la teoría darwinista? Este es uno de los rasgos principales del modus operandi de todo creacionista que se precie: tergiversar la información, confundir al lector, atribuir afirmaciones a un científico que ha dicho otro científico, usar teorías de una ciencia en otra ciencia, sacar citas de contexto...

Un pequeño comentario: no me he saltado el segundo problema de la teoría de la evolución, según este autor, es simplemente que el señor Ayllón pasa del primero al tercero sin mencionar un segundo: ¿Será un despiste? ¿Será que no sabe contar? ¿O será simplemente el modo de hacer ver más problemas de los que realmente hay?

En el ejemplo evolucionista más clásico se afirma que la jirafa tiene el cuello tan largo porque prosperaron solamente las que pudieron alcanzar el alimento de las ramas altas. El inconveniente de esta explicación es que no han aparecido restos fósiles de jirafas en vías de desarrollo, puesto que son iguales desde su aparición, hace dos millones de años. Además, las crías de jirafa se hacen grandes alimentándose de las hojas bajas, y las hembras, que miden un metro menos que los machos, tampoco tienen problemas de comida y de supervivencia.

La ausencia de restos fósiles de una especie determinada no es prueba suficiente para rebatir una teoría que aporta como pruebas miles de fósiles intermedios entre otras especies y más ahora que sabemos que la evolución, desde el punto de vista genético, no tiene que ser necesariamente un proceso lento, sino que puede durar unos pocos meses. Eso no quiere decir que la teoría de la evolución no se cumpla en las jirafas, lo que quiere decir es que o bien esos fósiles aún no han aparecido (recordemos que lo que más se encuentra es lo que está en la superficie más accesible y no se destinan fondos a excavar diez kilómetros de profundidad a ver si se encuentran más fósiles), o bien no existen porque el proceso de fosilización es tan complejo y largo que sólo el 5% de los seres vivos acaban fosilizados, y este es un punto muy importante: si nos quedan restos fósiles de microorganismos de hace miles de millones de años y de dinosaurios de hace 200 millones de años, es porque ambos tienen algo en común: sus poblaciones estaban compuestos por muchísimos individuos, tantos como para que ese 5% aparezca en el registro fósil. Con respecto a la segunda parte del párrafo, el hecho de que exista dimorfismo sexual en las jirafas con una variación de un metro, o que las crías no tengan problemas en alimentarse, no es más que una falacia más que añadir a la cuenta. Si las jirafas tienen cuellos de esa altura se debe a que en algún momento determinado se han visto sometidas a una presión selectiva. Pero esa presión no tiene por qué seguir existiendo en la actualidad. Lo podemos ver con un ejemplo muy sencillo: si tenemos 6 crías de jirafas, de las cuales 2 tienen el cuello más largo que las otras cuatro, esas dos jirafas tienen menos competencia para alimentarse, por lo que crecerán antes y mejor y tendrán más tiempo para reproducirse. Mientras tanto las otras cuatro jirafas tendrán que competir y pelearse por la comida y por tanto tendrán menos tiempo para reproducirse. La explicación es sencilla y no hace falta recurrir a entes invisibles, sino a una simple cuestión de lógica pura y dura.

La selección natural se unía ahora al que se suponía principal mecanismo del cambio: las mutaciones genéticas. Sabemos que casi todas son perjudiciales, incluso mortales, pero la selección natural hará que solo se conserven y transmitan las favorables. Como serán pocas y muy pequeñas, harán falta enormes períodos de tiempo para que se produzcan cambios apreciables. De este modo, la evolución se convierte en una lenta y larga cadena de pequeñísimos cambios graduales.

La mayoría de las mutaciones genéticas son perjudiciales, pero no casi todas. Algunas son mortales, pero no casi todas. Nueva tergiversación típica de los creacionistas. En sí, el proceso de microevolución, esto es, de mínimos cambios genéticos como base de la evolución de los seres vivos, está ampliamente demostrado. Pero no es el único proceso existente: también existe la macroevolución, esto es, grandes cambios genéticos en un periodo corto de tiempo. Esto también ha sido demostrado, y sirvan como ejemplo este artículo o este otro. Así que, para que una especie evolucione, puede necesitar mucho, o poco tiempo... aunque también puede ser que si no se encuentra sometida a una presión selectiva, no tenga necesidad alguna de evolucionar.

Lo único cierto, en razón de su evidencia, es la progresiva complejidad y perfección de las especies a lo largo del tiempo.

Esta es otra de las típicas tonterías de los creacionistas que dicen que evolución significa aumentar la complejidad. Esta afirmación, además de ambigua, es muy relativa. Para empezar ¿qué es la complejidad? ¿Se refiere a tener más dedos o más inteligencia? ¿Tal vez tener más ADN o más genes? Es un misterio que nunca aclaran, porque saben que tal afirmación es más falsa que un euro de madera. Es cierto que a medida que han pasado millones de años se ha observado un aumento general en la complejidad de los seres vivos. Pero esto no quiere decir que sea una condición necesaria para que haya evolución. Evolución significa cambio, y ese cambio puede ser a mayor complejidad, a igual complejidad, o a menor complejidad. La tendencia observada a mayor complejidad está ligada a la necesidad de los seres vivos de colonizar nuevos hábitats donde la presión selectiva sea menor. Seguramente el señor Ayllón piensa que el hombre es el animal más complejo de todos los reinos, la punta de la pirámide de la biología... nada más lejos de la realidad: un guepardo corre más que nosotros, en proporción la pulga salta más y la hormiga es mucho más fuerte, los osos aguantan mejor el frío, y las aves vuelan sin necesidad de emitir toneladas de CO2 a la atmósfera. Y tampoco es que seamos más complejos que cualquier otro mamífero: tenemos dos ojos, dos orejas, nariz, lengua, mamas, cuatro extremidades... morfológicamente somos como cualquier mono, orangután, perro, gato o conejo, entre otros. Hay plantas que tienen más genes y ADN que nosotros. Hasta las amebas tienen más ADN que nosotros. Lo único que nos diferencia del resto de seres vivos es quizá una mayor inteligencia... pero para sobrevivir no hace falta tanta inteligencia: nosotros elaboramos cada vez antibióticos más efectivos contra bacterias, y las bacterias, sin necesidad de ser más inteligentes, se hacen cada vez más resistentes.

El inventario de los fósiles confirma la clasificación de los vivientes en cinco reinos: bacterias, células eucariotas, hongos, animales y plantas.

He aquí dos patadas incomprensibles a la biología, que no hacen sino demostrar la ignorancia del creacionista en lo que a ciencia y biología se refiere (no olvidemos que entre sus pasatiempos favoritos no se incluyen ller libros científicos de biología). Para empezar, los seres vivos se dividen en 3 dominios: Arqueobacterias (Archaea), Eubacterias (Bacteria) y Eucariontes (Eukarya). Como las arqueas y las bacterias no se han dividido, taxonómicamente pueden considerarse tanto dominios como reinos por lo que serían 2 reinos que unir a los de los eucariontes. Los eucariontes (o células eucariotas), sin embargo, si se han dividido en 4 reinos: Protista (protistas), Fungi (hongos), Plantae (plantas) y Animalia (animales). Hacen por tanto un total de 6 reinos y no 5. Lo segundo, y más grave, es que no hace falta el registro fósil para confirmar una clasificación taxonómica que se ha hecho principalmente con especies vivas. El registro fósil sirve para ver especies antiguas que agregar a la clasificación, pero la confirmación de la viabilidad de la clasificación no parte del registro fósil sino del análisis de las especies vivas (a los creacionistas quizá no le suene, pero el resto de los mortales alguna vez hemos oído la expresión "anatomía comparada").

Actualmente podemos identificar 3 millones de especies vivas, y suponemos que 7 millones escapan a nuestro conocimiento. Esos 10 millones de especies se agrupan en 89 filum o grandes familias: 16 filum de bacterias, 27 filum de eucariotas, 5 de hongos, 32 de animales y 9 de plantas.
Más patadas de un ignorante en biología: Hay descritas unas 1,8 millones de especies y no 3, (algo más de la mitad de lo que dice este señor) y se estima que hay 5 millones por describir, y no 7 (una sencilla búsqueda por Google o incluso en la wikipedia habría servido para confirmar tal dato). Estos 7 millones de organismos se clasifican en 66 filos, y no 89; a saber, 8 de plantas, 39 de animales, 7 de protistas, 5 de hongos y 7 de bacterias (aunque algunos autores prefieren subdividir las bacterias hasta los 25 lo que daría un total de 84 filos, pero no 89). Este baile de cifras es muy típico en los creacionistas que no se toman la molestia ni siquiera de mirar una fuente confiable, incluso la wikipedia, que no es demasiado confiable en lo que a ciencia se refiere, arrojaría estos datos. Como punto curioso, el señor Ayllón habla de 27 filos de eucariotas, cuando en realidad habría 59 filos (¡¡más del doble de lo que afirma!!) si consideramos a todas las especies eucariotas y no a las que le viene en gana a este señor.
Esa ausencia de fósiles en las grandes jornadas de la evolución, hipoteca toda la teoría.
La ausencia de fósiles, como hemos dicho, no es prueba de nada. Afirmaciones como ésta, que tergiversan los hechos y la realidad, no tienen ni pies ni cabeza. El que falten fósiles no es suficiente para tirar una teoría que tiene muchos más fósiles que la corroboran además de múltiples pruebas de campo y de laboratorio. Dicho de otro modo: supongamos que un hombre mata a otro disparándole 6 balas. Existen varios testigos, existen videos de las cámaras de seguridad, se ha detenido al hombre y sus huellas coinciden con las del arma. El forense encuentra 4 balas que coinciden con el arma del asesino. Quedan dos perdidas. ¿Esas dos balas que faltan son motivo suficiente para exculpar al asesino? Lógicamente no. Pues con los fósiles ocurre lo mismo: que falten algunos no sirven para tirar una teoría abajo que cuenta con muchísimas más pruebas distintas que la corroboran.

Lo más grave del caso es que, entre los 3 millones de especies vivas conocidas, no poseemos ninguna demostración real de la transformación de una especie en otra. Los especialistas en genética llevan años cultivando en laboratorio millones de drosófilas, las vulgares moscas del vinagre. Sus experiencias han permitido obtener formas nuevas, que difieren por el color de sus ojos, la forma de sus alas y el dibujo de sus colores. Pero, al cabo de estas laboriosas experiencias, a partir de las drosófilas no han obtenido nunca más que... drosófilas.

La velocidad a la que este señor expele falsedades por sus dedos es sorprendente. Es completamente falso que no se haya visto la transformación de una especie en otra. De hecho, la razón de que los antibióticos sean cada vez menos efectivos es por la transformación de unas especies de bacterias en otras más resistentes a los antibióticos. ¿Se olvida el señor Ayllón de la campaña del gobierno para concienciar a la gente para que no use antibióticos sin prescripción médica? Y con respecto a los genetistas y las drosófilas... ¿Qué le hace suponer al señor Ayllón que el objetivo de los genetistas era obtener otras especies? ¿No se le ha ocurrido que para estudiar ciertos fenómenos genéticos, como las leyes de Mendel, o inserción de transposones, conviene que las poblaciones de moscas permanezcan estables a lo largo de las generaciones? Estas afirmaciones del señor Ayllón son, además de falsas, completa y absurdamente estúpidas. Después siguen tres párrafos en los que sigue dale que dale al mismo argumentos manido y absurdo de la ausencia de formas intermedias en el registro fósil. La respuesta es sencilla y se resume en tres puntos básicos que repito de nuevo:

1.- Sólo quedan fosilizadas el 5% de las especies existentes por lo que no es probable encontrar no sólo formas intermedias, sino incluso cualquier otra forma.

2.- Se ha demostrado que la evolución puede ser mucho más rápida de lo que había previsto Darwin, por lo que disminuye aún más el porcentaje de formas intermedias que pudieran aparecer en el registro fósil. Mientras que antes se pensaba que harían falta miles de años para ver evolución, ahora se sabe que pueden necesitarse sólo unos pocos meses.

3.- El registro fósil no es la única prueba en la que se basa la teoría de la evolución, de hecho, el registro fósil no es más que una pequeña parte de la ingente cantidad de pruebas existentes que corroboran la Síntesis Moderna.

Continua el señor Ayllón hablando de ojos, otro de los temas favoritos de los creacionistas. Muchos creacionistas preguntan ¿Para que sirve medio ojo? La respuesta es tan sencilla como decir que un 50% de ojo es desde luego más útil que un 49% de ojo. Hace décadas que se han superado los argumentos (es un decir) de la complejidad de los ojos y demás, pero los creacionistas insisten (a fin de cuentas, no tienen otros argumentos porque la cabeza no les da para más y no se van a poner a leer libros de biología, por favor, menuda ocurrencia...). El proceso evolutivo es sencillo: mutaciones genéticas que benefician en algo a la especie y la hacen mejor adaptada a un medio ambiente determinado, la mejor adaptación hace tener más descendencia y cuantos más descendientes mayor probabilidad de ser seleccionado para pasar a la siguiente generación. Y dice el señor Ayllón:

Dado que la finalidad no es un hecho empírico, con frecuencia se la sustituye por el azar a la hora de explicar la organización de la vida. Sin apreciar que el azar tampoco es, en absoluto, una realidad empírica. Precisamente por eso, el azar es otro gran punto débil del evolucionismo. Al ser indemostrable, no puede ser objeto de ciencia. Además, va contra la evidencia del orden y regularidad que se observan en la naturaleza.
Nueva falsedad. El azar si es una realidad empírica. Se ha demostrado científicamente que las mutaciones suceden al azar. Negar esto es como negar que el sol brilla, pero los creacionistas insisten en mentir de forma pertinaz sin darse cuenta de lo ridículas que son sus afirmaciones. Ahora el señor Ayllón nos hablará de otra falacia más: la de que todo requiere de la mano de un creador:

La noción de creación aparece en la Biblia por primera vez, pero es también de índole filosófica y, por lo tanto, racionalmente demostrable. Todo en el cosmos puede quizá explicarse por leyes científicas, excepto esas mismas leyes y la realidad misma del cosmos: saber cómo funciona no es lo mismo que saber por qué existe. Preguntar por la causa de la existencia es preguntar por una causa que no se identifica con ninguna realidad finita, porque todo lo finito ha recibido el ser.

Por sorprendente que parezca, el mundo no tiene en sí mismo la explicación última de su existencia. Cada uno de los fenómenos cósmicos puede quizá explicarse por una ley científica que lo remite a fenómenos anteriores, pero así no se explica el porqué de su realidad misma, la causa última que da cuenta de su ser. Éste es un claro ejemplo de la distinción entre explicación científica y explicación filosófica.

La noción filosófica de creación afirma que la realidad ha sido producida ex nihilo, de la nada, sin partir de ninguna materia previa. Crear no es transformar algo preexistente sino producir radicalmente, lograr una absoluta innovación, un rendimiento puro. La evolución, en cambio, es una hipótesis científica que intenta explicar los mecanismos de cambio de los organismos biológicos. Por tanto, se ocupa del cambio de ciertos seres, no de la causa del ser de esos seres. De esta forma se ve claro que la creación y la evolución no pueden entrar en conflicto, porque se mueven en dos planos diferentes.


Y todo esto para decir, simplemente, que todo lo que existe en el universo debe tener una causa primigenia, un creador. Y claro, para el señor Ayllón, la causa es simple y llanamente una: Dios. De nuevo una falacia que se rebate de una manera sencilla: si toda la realidad del universo debe ser producto de la mano de un dios, y ese dios, según los creacionistas, es real y existe, entonces, por ser una realidad de este universo, debe ser producto de la mano de otro dios. Y ese otro dios, que a su vez será real y existirá, será por tanto producto de la mano de otro dios, y ese otro dios... y así ad infinitum. El argumento (es un decir) de que todo debe tener una razón primigenia para su existencia y esa razón debe ser necesariamente un dios, no es sino una tergiversación de las relaciones causa-efecto existentes en el universo. Los creacionistas echan mano de un dios, mientras que los científicos echan mano de una teoría científica que tiene como base lo que se llama "singularidad espaciotemporal", que ha recibido el nombre de Big Bang. La diferencia entre los creacionistas y los científicos es que éstos últimos ya tienen pruebas que corroboran la teoría del Big Bang, mientras que los creacionistas... no tienen prueba alguna de la existencia de un dios creador. Por cierto, y yendo un poco más lejos de lo que los creacionistas se atreverían nunca, la teoría del Big Bang explica el origen de nuestro universo, y repito, del nuestro, del actual, del que vemos ahora. Sin embargo, es posible que haya habido miles de Big Bangs antes, y que habrá miles de Big Bangs después.

Durante 2.000 años, el prestigio de Aristóteles y Tolomeo hizo que nadie dudara del modelo cosmológico geocéntrico, a pesar de las evidencias en contra. Durante los últimos 150 años, el prestigio de Darwin ha conseguido que su modelo de evolución se admita sin discusión en medios científicos y en la opinión pública, a pesar de la falta de pruebas y las evidencias contrarias.


Esta es otra de las maniobras típicas de los creacionistas: comparar la teoría de la evolución con una religión y negar la existencia de pruebas que la corroboren. Se rebate con facilidad: en una religión no existen pruebas científicas de tipo alguno, se cree en una serie de dogmas que no se han demostrado ni se debe dudar de ellos bajo pena de infierno eterno. Sin embargo, las teorías científicas se basan en pruebas. Es completa y absolutamente falso que la Síntesis Moderna no cuente con pruebas que la corroboren: existen miles de pruebas de campo y laboratorio que demuestran la validez de la teoría de la evolución en su versión moderna apoyada en la genética. Los creacionistas insisten una y otra vez en el prehistórico darwinismo de hace más de cien años. Pero la ciencia avanza y va acumulando pruebas y modificando sus teorías. La teoría de Darwin mantiene con vida su premisa inicial: supervivencia de los mejor adaptados por selección natural. El resto ha ido cambiando, pero los creacionistas permanecen estancados en Darwin como si esa fuera la forma correcta de la evolución. Tampoco es de extrañar que se estanquen en el "Origen de las especies", a fin de cuentas, defienden la interpretación literal de un libro escrito por no se sabe quién, ni cómo ni dónde, hace más de dos mil años, y eso es estar estancado en un cuento que toman como cierto sin comprobarlo desde hace dos mil años. Es triste, y es patético, pero así son los fundamentalistas religiosos, capaces de negar la existencia de todo aquello que rebata de alguna forma su queridísimo cuento para niños que es el Génesis, a pesar de que la misma Iglesia Católica afirme que tal relato no debe interpretarse de forma literal.




Si te ha gustado este artículo, no te pierdas las otras partes:

- Creacionismo y DI (Parte I).

- Creacionismo y DI (Parte III).

- Creacionismo y DI (Parte IV).

martes, 9 de diciembre de 2008

Creacionismo y DI (Parte I)

No hace mucho mantuve cierta conversación con una persona que pensaba que el llamado diseño inteligente (en adelante DI) era una "teoría científica alternativa". Nada más lejos de la realidad. Existe mucho desconocimiento e ignorancia acerca del DI, del creacionismo y la relación existente entre ambos. Voy a dedicar una serie de entradas a ir destripando cada postura religiosa, porque, al final, y como veréis, no son más que eso, creencias religiosas, y en ningún caso tienen base científica de algún tipo. En esta primera parte veremos los orígenes del creacionismo. En la siguiente parte nos enfrentaremos a los del DI. Después veremos algunos de los argumentos de ambas partes y las falacias a las que recurren con demasiada facilidad. Para terminar haré unas conclusiones generales y otras particulares.

El lector no encontrará en estas entradas pruebas de la existencia o no existencia de dios, ya que tal cosa no puede ser verificada experimentalmente. Quien quiera creer en dios, es libre de hacerlo y estas entradas no pretenden criticar tal creencia. Pero (siempre hay un pero) creer en dios no significa tener que creerse las patrañas que cuentan las religiones. Para creer en dios no hace falta ser religioso, todo lo contrario: una persona que cree en dios puede perfectamente prescindir por completo de la religión. Esto puede parecer una contradicción, pero no lo es y cuando se lee detenidamente el significado de las palabras, cualquiera puede darse cuenta de esto. Por ejemplo, ¿qué es la religión? El diccionario de la RAE la define así:

religión.

(Del lat. religĭo, -ōnis).

1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.

3. f. Profesión y observancia de la doctrina religiosa.


Como puede verse, no existe obligación alguna de profesar una religión para creer en dios. La religión podría definirse como el culto a un dios, el acto social, regido por normas impuestas por unos señores. Como ya sabrá el lector, millones de personas en el mundo creen en dios y sin embargo nunca se han acercado a una iglesia ni han seguido unos ritos ni normas concretas de una religión determinada. Quien cree o quiere creer en dios, no necesita de una religión, sino que le basta su propia fe o creencia. La religión, sin embargo, ha demostrado ser un excelente modelo de negocio, que capta a sus clientes desde que nacen hasta que mueren, y tiene un éxito demostrado cuyo mayor exponente son los más de 1.500 años de religión católica cuyos frutos disfrutan en el Vaticano a todo tren y con lujos por doquier. Y eso que, según la religión que predican, su dios era pobre y humilde...



El creacionismo

Hace unos 3.500 años, un hombre presuntamente llamado "Moisés" escribió, presuntamente, un relato llamado "Génesis", y digo presuntamente porque no existen registros históricos que corroboren siquiera la existencia del propio Moisés, y aunque hubiera existido, hay quienes afirman que Moisés no habría sabido ni leer ni escribir. Tal relato, el Génesis, narra cómo un dios crea el mundo (el nuestro claro), con su tierra, su cielo, sus mares, sus animalitos y, por supuesto, a nosotros, a su imagen y semejanza (y viendo algunos especímenes, como Hitler, Jack el Destripador, violadores, pedófilos... como que uno se pregunta sobre la imagen y semejanza con dios...). El Génesis es el primer libro de la Torá de los judíos, y del Antiguo Testamento de la biblia de los cristianos. Aunque otras religiones tienen sus propios relatos sobre la creación del mundo y los bichos que lo pueblan, nos centraremos en el caso particular del Génesis.

La Iglesia Católica considera el Génesis como una metáfora, y no lo interpreta de forma literal. Sin embargo, como pasa en todas las religiones, hay personas que creen y defienden ciegamente la interpretación literal del Génesis. Más adelante veremos algunas contradicciones dentro del propio texto del Génesis que deberían ser motivo suficiente como para, al menos, preguntarse si realmente este relato puede considerarse fiable y/o confiable, pero quienes creen ciegamente en la literalidad del relato ignoran o "pasan" de tales contradicciones, y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Así, estos señores que creen ciega y literalmente en el relato del Génesis, son llamados creacionistas (ya que lo que narra el relato es el acto de creación del mundo por parte de un dios), y la defensa de sus creencias recibe el nombre de creacionismo. No hay que olvidar que este movimiento no es más que un fundamentalismo religioso, y, como tal, tiene tanto peligro como cualquier otro fundamentalismo, o puede que más. Incluso la propia Iglesia Católica se ha desmarcado de este movimiento...

Y ¿qué tiene que ver el creacionismo con la ciencia? (Porque este blog va de ciencia, ¿no?). Pues resulta que los creacionistas niegan cualquier explicación científica sobre el origen del universo, la Tierra, o la vida; del mismo modo niegan la evolución biológica de las especies; y también niegan o rechazan las pruebas científicas que corroboran todo lo anterior. Dicho de otro modo: la teoría de la evolución es "sólo una teoría", las pruebas de datación geológica son mentira, las pruebas genéticas, una estafa; y los fósiles los ha puesto ahí el diablo para confundirnos, todo esto siempre según estos señores, que afirman sin demostrar nada (no les pregunte siquiera por el origen del agua del diluvio universal...), pues su única "prueba" es el Génesis, que no es, ni mucho menos, un texto científico. Realmente el Génesis no es más que un cuento, escrito por alguien, no se sabe quién, no se sabe cuándo, cómo, dónde ni por qué. Vamos, que bien podría ser un cuento para niños, un plagio de otro cuento, un divertimento de filósofos, o los desvaríos de un chiflado antes de ser ahorcado, crucificado o lo que procediera en aquella época. Aún así este relato es, para los creacionistas, "palabra de dios", escritura sagrada que debe ser creída literalmente sin concesión alguna para la duda bajo pena de infierno eterno. Es lo que comúnmente se denomina dogma: creer en algo sin prueba alguna de su veracidad.

En ciencia, sobre todo la experimental que es la que más conoce el ciudadano de a pie, no existen los dogmas. La razón de esto es muy sencilla: lo que hoy se considera válido en ciencia, mañana puede dejar de serlo. Estos cambios (que algunos vienen a llamar, en muchas ocasiones de forma errónea, cambios de paradigma) se producen porque los científicos basan sus conclusiones en los conjuntos de hechos y este es el punto principal que diferencia una ciencia de una religión. En ciencia uno observa los hechos y busca una explicación para los mismos. En religión la explicación ya se tiene (cosa de dios), por lo que se buscan aquellos hechos que la corroboran, negando la existencia de aquellos que la refutan.



Caso práctico de la influencia del creacionismo: el juicio Scopes

La sociedad en la que vivimos ha estado fuertemente influenciada por la religión, sobre todo la católica. Los estados rara vez son completamente laicos, y las enseñanzas, a veces, menos aún. Aquí en España la asignatura de religión ha sido obligatoria desde tiempos inmemoriales hasta hace dos o tres años (no recuerdo si fue en el 2005 o 2006), en que ha pasado a ser optativa, lo cual muestra muy a las claras lo poco laica que ha sido la enseñanza en nuestro país. Otros países no han ido mucho mejor. En EEUU, tras la publicación de el "Origen de las especies" de Darwin, se abrió un intenso debate acerca de si se debía estudiar el creacionismo en las clases de ciencias. Esto ocurrió porque en 1925 un profesor llamado John Thomas Scopes (foto de la derecha), que en aquella época tenía 24 años, explicaba en Dayton, un pueblecito de Tenessee, la teoría de la evolución de Darwin en sus clases de ciencias naturales, lo cual iba en contra de la ley de ese estado. Por increíble que parezca, la religión en el estado de Tenessee en aquel año tenía tanta influencia como para sancionar una ley específica (el acta Butler) por la cual se prohibía enseñar la teoría de la evolución. Vamos, que cualquier que dijera que el hombre era producto de la evolución de otros primates y animales "inferiores" en lugar de ser la creación de un dios estaba cometiendo un delito. El señor Scopes, como profesor de ciencias naturales, tuvo la desfachatez de explicar una teoría científica en su clase de ciencias, y como había quebrantado la ley, fue juzgado.

El juicio Scopes, o "juicio del mono" como lo vino a llamar la prensa de aquel estado, se prolongó durante 11 días de un muy caluroso mes de julio, desde el día 10 hasta el 21. En la acusación se presentaba William Jennings Bryan, de 65 años, un fundamentalista religioso tres veces candidato a la presidencia del gobierno y que no ejercía desde hacía 30 años como abogado, pero que vio en el caso una "contienda entre la evolución y la cristiandad". Para la defensa fue pedida en primera instancia la colaboración del famoso escritor H. G. Wells, pero la rechazó. Sin embargo, cuando se supo que Bryan iba a ser el fiscal, quien aceptó el caso fue Clarence Darrow, el más famoso abogado del país, tachado también como "el mayor ateo del país" por parte de Bryan. Darrow aceptó el caso para demostrar que Bryan era "un intolerante". En la foto, Clarence Darrow es el hombre de la izquierda, y William Jennings Bryan el de la derecha (durante el juicio hacía tanto calor que se permitió de forma especial que los hombres estuvieran en mangas de camisa).

A lo largo del juicio hubo numerosas muestras de lo arraigado que estaba un fundamentalismo como el creacionismo, tanto dentro como fuera de la sala. Fuera había carteles elaborados por los ciudadanos en los que ponían afirmaciones tan dulces como "Scopes, arderás en el infierno" o caricaturas de monos con la cara de Scopes. También hubo un grupo de unas 50 mujeres que se pasaron el juicio cantando canciones religiosas y otros que sostenían carteles que decían "Lea su Biblia todos los días". Dentro de la sala, por ejemplo, el juez inició el proceso con una oración, con la consecuente protesta, claro está, de Darrow. El discurso inicial de Bryan era concluído por un "amén" por parte del público a cada pausa que hacía el abogado, lo cual, de nuevo, provocó la protesta de Darrow cuyo resultado fue que el juez pidió silencio en la sala. Quizá la mayor demostración del partidismo y fundamentalismo del juez fue su rechazo a que testificaran los científicos que había citado Darrow para declarar. Como se encontró sin testigos, la única salida que le quedó fue jugar en el terreno de los fundamentalistas, para lo cual llamó como testigo al propio abogado de la acusación, ni más ni menos que a W. J. Bryan, al que se le consideraba toda una eminencia en cuestiones religiosas. Bryan aceptó y en el diálogo que siguió, Darrow tomó varios pasajes de la biblia para su análisis con Bryan. Puede leerse un extracto aquí. A grandes rasgos, Darrow preguntó a Bryan por la antigüedad de la Tierra, por la edad de fósiles y rocas, y por el acto de creación según el Génesis. Bryan tuvo que reconocer que la duración de un "día" del Génesis pudo haber durado incluso millones de años, a pesar de que según los cálculos de cierto obispo basándose en la Biblia la Tierra no tiene más de 6.000 años.

Concluyó el juicio después de ocho minutos de deliberación del jurado tras los cuales declararon culpable a Scopes de quebrantar la ley que prohíbe enseñar cualquier explicación sobre el origen del hombre distinta a la dada por el Génesis. Bryan murió 5 días después de que terminara el juicio Scopes, mientras dormía tras comer, a causa de la diabetes que padecía. Ciertamente, Scopes quebrantó la ley y por ello fue condenado a pagar 100 dólares de multa (la más baja para el delito cometido). Darrow apeló la sentencia porque esperaba que se declarara dicha ley inconstitucional (y ciertamente lo era). Dos años después Scopes fue condenado a pagar un dólar y el tribunal insinuó que no quería que se prolongara más el caso (la realidad era que la sentencia no había sido muy popular: condenar a un profesor por enseñar una teoría científica en una clase de ciencias era una decisión que podía quitarle votos a ciertos candidatos de cara a algunas elecciones...). La ley nunca más se volvió a aplicar. Darrow murió en 1938.

A quienes les interese profundizar en los detalles del juicio de una forma más visual, les recomiendo la película "Heredarás el viento" (Inherit the wind) de 1960, dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por
Gene Kelly, Spencer Tracy, Harry Morgan, Fredric March y Dick York. Esta película es probablemente la representación más fiel de la sociedad y el fundamentalismo de la época en EEUU. Hay otras versiones posteriores de la película, pero, y esta es mi opinión personal, Spencer Tracy y Fredric March (en la foto a la izquierda y derecha respectivamente) están insuperables en esta película.

Scopes siguió enseñando ciencia durante toda su vida hasta que murió en 1970, si bien dos años antes saltó de nuevo la polémica en el estado de Arkansas, a causa de que una profesora de biología llamada Susan Epperson que daba clase en el pueblo de Little Rock usó un libro de texto en el que se hablaba de la teoría de Darwin. Esto causó el enfado de sus superiores que decidieron despedirla. Epperson decidió denunciarles y, lógicamente, ganó el juicio.

El caso de el pueblo contra Epperson es una muestra más de cómo una ley hecha por creacionistas con intereses propios no es constitucional. El caso que fue llevado a la corte suprema de EEUU apenas duró un día. El juez examinó la ley aprobada en Arkansas según la cual no se podía enseñar la teoría de la evolución, y considerando la Constitución de su país llegó a la conclusión de que la ley de Arkansas, la de los creacionistas, era inconstitucional y por tanto debía ser derogada: "La ley de Arkansas no puede ser defendida como un acto de neutralidad religiosas. Arkansas no ha buscado eliminar del currículo de sus escuelas y universidades toda discusión sobre el origen del hombre. El objetivo de la ley es un intento de eliminar una teoría particular por su supuesto conflicto con el relato bíblico interpretado literalmente. Evidentemente, esta ley es contraria al mandato de la primera enmienda y viola la catorceava enmienda de la Constitución". Sin embargo, los intentos de los creacionistas no acaban aquí, y en 1999, el estado de Kansas, de nuevo movido por el fundamentalismo religioso, suprimió en las escuelas públicas cualquier mención al Big Bang, la teoría de la evolución e incluso a la edad de la Tierra... pero esa es otra historia que contaremos más adelante en otra entrada.



Si te ha gustado este artículo, no te pierdas las otras partes:

- Creacionismo y DI (Parte II).

- Creacionismo y DI (Parte III).

- Creacionismo y DI (Parte IV).